La mayoría de los mortales entierran a sus mascotas fallecidas, otros, como el caso de este artista holandés
optó por conservar a su mascota tras perderla en un accidente de tráfico. Y así fue como Bart Jansen optó por un final más original y un tanto macabro para su gato Orville: convertir su cadáver en un helicóptero volador: el Orvillecóptero, mitad animal, mitad máquina.
Jansen decidió “hacerle un último tributo”: convertir su cuerpo en un helicóptero por control remoto. El Orvillecopter vuela desde ayer en el festival artístico Kunstrai, en Amsterdam.
El cuerpo disecado del gato incorpora dentro un motor Lotus T580, mientras sus cuatro garras equipan otras tantas hélices para permitir el vuelo. La parte mecánica de la instalación es obra del ingeniero Arjen Beltman.
A continuación os mostramos un vídeo de cómo planea este gato convertido en helicóptero:
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