La novia, preocupada por la aparente inestabilidad de la prenda que podría dejar su cuerpo al descubierto, preguntó: ¿Seguro que no me caerá?, a lo que la modista respondió: "Palabra de Honor que no te caerá".
Otras versiones contemplan su origen en las palabras que el caballero dedicaba a su pareja de baile de "Palabra de Honor que no le pisaré el vestido", o también por la posición en la que se encuentra el corazón que coincide con la localización de este tipo de escote.
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