Cantamos en la ducha porque la voz suena mejor. El fenómeno se debe a que las paredes duras y lisas recubiertas con baldosas hacen que el baño funcione como una caja de resonancia. El sonido se refleja en las paredes y rebota contra varias superficies antes de llegar a nuestros oídos, aumentando su intensidad y haciendo que nuestra voz parezca mucho más potente.
Además, se enmascaran las notas desafinadas, y la reverberación hace que la voz se mantenga más tiempo en el aire después de emitir cada nota.
En los inicios de las grabaciones musicales se solían utilizar salas forradas de azulejos para mejorar la acústica.
Ehm eso no es del todo cierto. Nos gusta como cantamos en la ducha y hasta afinamos bien por el vapor de agua caliente de la ducha.
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