Según un artículo científico del Centro Nacional de Información sobre Biotecnología en Bethesda, Maryland, la protagonista de esta historia sintió algo extraño en su boca después de morder uno de estos ejemplares hervidos, que no habían sido completamente cocinados, como algo se retorcía en su interior. Inmediatamente después dejó de comerlos y fue al hospital. Aunque pueda sonar a mentira, encontraron doce pequeños calamares que se habían agarrado a las encías, la lengua y a la parte interior de las mejillas.¡Había sido inseminada por el animal!
Este fenómeno se explica por la ingesta de espermatóforos del calamar: una especie de cápsulas creadas por los machos de varios invertebrados que contienen espermatozoides.
Eso sí, aunque no parezca creíble este fenómeno suele ser bastante habitual en los países orientales puesto que son más dado a comer calamares crudos y además en Occidente se retiran los órganos internos de los calamares antes de su consumo.
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