Se le incrustó uno de los mangos por el globo ocular derecho hasta su cuello. Está vivo y fuera de peligro.
Leroy Luetscher, un anciano de Arizona de 86 años de edad, cayó de bruces sobre sus tijeras podadoras mientras arreglaba su jardín y uno de los mangos le atravesó el ojo derecho hasta penetrar en la cabeza hasta 15 centímetros. Increíblemente, salvó el ojo.
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