Stephen Stacey, un joven de 20 años de Portsmouth,
metió a su gato en el microondas después de que el animal le arañase la mano. Ha sido
condenado a no volver a tener animales de por vida y a 16 semanas de cárcel.
El
gato afortunadamente sobrevivió a la salvajada después de que los veterinarios lo sumergiesen en agua y lo tratasen con hielo. La
gata se encuentra totalmente recuperada y está en manos de una protectora.
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